lunes, 29 de junio de 2009

Elecciones


Recostado en el inmenso sillón, ajustó el volumen del televisor. El canal 20 contaba con su confianza. La transmisión mostraba los resultados parciales de los comicios nacionales con grandes caracteres. Según los periodistas, el principal representante de la oposición, Robledo-Camisa detentaba el primer lugar a un triste tres por ciento de su seguidor, Hernández, representante del partido gobernante. El resto de los candidatos se repartía un lejano tercer puesto, imposible de revertir. Agregaron además, que restaban horas de espera. Una hora antes había invitado amablemente a sus asistentes y asesores a retirarse. La suerte ya estaba echada. Ellos lo entendían. No necesitaban explicaciones ni falsas muestras de trabajo compartido. Ellos participaban y vivían de su inmejorable posición. Se trataba de una de las más cerradas elecciones de los últimos años. Desde que comenzaron a llegar los datos el primer puesto había cambiado de manos más de una vez. Sonrió en silencio. Dejó el vaso de agua junto su computadora y observó con detenimiento los mensajes. Sus informantes trabajaban con eficiencia. Ellos ya conocían el resultado. Cambió de aplicación. Eliminó las dos notas que no necesitaría. Retocó ligeramente la que enviaría al ganador y volvió a sonreír desde las sombras.

8 comentarios:

amaliovilla dijo...

Nunca pierden ¿eh?


...


Muy bueno el cambio estético del blog.

¡Un gran abrazo!

Camilo dijo...

Es verdad Amalio, hay algunos que nunca pierden, sólo cambian de careta.
Me alegro que te guste el nuevo estilo, aunque no se cuánto tardaré en cansarme de él.
Un abrazo.

Mariano dijo...

Cualquier parecido con ¿la realidad? es pura coincidencia.

Camilo dijo...

Naaa... nada que ver con la realidad.
Son leyendas urbanas.


PD: Hoy estoy ingenuo.

Yoni Bigud dijo...

Recuerde que la realidad supera siempre a la ficción. Siempre.

Un saludo.

Camilo dijo...

Dia a dia a me sorprendo por cómo la realidad supera a la ficción, Yoni.
Creo que nos pasa a todo.
Gracias por pasar.

Unknown dijo...

Y seguramente válido para cualquier tiempo...

Camilo dijo...

Así parece, Natalia! Es una sombra que parece estar siempre.