domingo, 10 de marzo de 2024

Retorno

Cruzo la puerta de la oficina con un optimismo tal vez exagerado. Otro día y otra oportunidad por hacer las cosas un poco mejor. Aunque la mañana arrancó caótica por los habituales mails y mensajes interminables, nos concentramos en lo importante, en lo que trabajamos por largo tiempo. 

En pocos pasos, alcanzo la nueva oficina en la planta baja de nuestro edificio corporativo. Un gran trabajo en equipo. Junto a varios colegas montamos la oficina para crear un espacio temporal para uno de nuestros Jefes de Proyecto, que en un desafortunado accidente luego de una fiesta, había sido atropellado por un auto. La historia es corta, pero la recuperación fue larga. 

Hoy, finalmente, podemos tenerlo de regreso. Desde el puesto de guardia me avisa de su llegada. Aviso al Gerente de su área para que lo reciba personalmente. En pocos segundos, otros compañeros se reúnen en el hall principal para saludar. 

 La silla de ruedas atraviesa las puertas de vidrio con lentitud, empujada por uno de los guardias. Varias personas se agolpan a saludar, con los mejores deseos de pronta recuperación y palabras de aliento. Veo el Director General acercarse sonriendo y me sorprende gratamente el gesto. Lo dejan pasar y acercarse hasta borde de la silla. Le extiende la mano y medio de un inoportuno silencio le dice al herido: “¿Después nos tomamos un whiskysito, Mateo?”