miércoles, 3 de junio de 2009

Manada

Nos reunimos apenas pasada la medianoche, protegidos por las sombras del distrito financiero. Planeamos hasta el último detalle, incluyendo los disfraces. Hombres lobo. Una genial idea del Cabezón. Cacho se encargó del sistema de seguridad, asegurándose de dejar las cámaras funcionando. Sumar algo de humor me pareció oportuno. Después de tantos trabajos exitosos, coincidimos en que era hora de dejar una firma distintiva. Revisamos el equipo por última vez y nos deslizamos por el tragaluz. Con los planos estudiados y memorizados, no fue difícil encontrar la caja fuerte ubicada en la oficina principal. Casi me ahogo cuando descubrí que era una Luoyang. Las cajas fuertes Chinas son casi un chiste, las puedo abrir hasta con un disfraz de lobo y una mano atada a la espalda. Pocos minutos después habíamos embolsado varios miles de pesos y un puñado de monedas de oro, gentileza del dueño de la financiera. Por supuesto que dejamos los fajos de cheques, ya nadie los lleva. Otro trabajo fácil y bien planificado. Lo único que no tuvimos en cuenta es que las cámaras no solo grababan, sino que también las chequeaban en tiempo real. La policía nos acorraló. Los diarios nos apodaron: Manada de Bobos.

4 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

Y sí... las manadas siempre llevan a cabo gestas memorables. Muchos pueden más que uno.
Un bobo solo jamás habría logrado llegar a la tapa de los diarios.

Muy bueno.

Un saludo.

Camilo dijo...

Tal cual, Yoni; las manadas nos "empujan" a ser memorables estupideces.
Gracias por pasar!

Julia dijo...

Me estoy imaginando la placa roja de Crónica =P
Muy bueno.

Camilo dijo...

jajaja!
Con la musiquita característica de fondo!!!
Tal cual...

Gracias por pasar, Julia.