jueves, 28 de agosto de 2008

La Máquina de Café

Llegué a la oficina temprano, lo que me permitió caminar relajado rumbo al cuchitril donde se reúnen las máquinas de café, gaseosas y bocadillos. El perfecto espacio para los descansos; oscuro y deprimente. Afortunadamente, no había nadie con quien compartir el lugar. La calma antes de la tormenta. Luego de colocar mi tarjeta en la máquina presioné el selector “Menos”, hasta leer “SIN AZUCAR”. Sin darme cuenta, continué presionando la tecla “Menos” mientras mi mente viajaba. Presioné al mismo tiempo la correspondiente a “Café Largo”. Nada ocurrió. Presioné “Café con Leche” para probar. Una luz amarilla que nunca había visto, parpadeó en el visor. Un particular pitido casi imperceptible. La máquina vibró, mugió y los engranajes chillaron. Silencio. Levanté la tapa y retiré el vaso. Antes de llevármelo a la boca, el extraño aroma me alertó. Lo probé con desconfianza. Inexplicablemente rico, con un dejo a… ¿Whisky y canela? ¡Estaba tomando un café Irlandés en la máquina de la oficina! ¡Glorioso! Uno de los mejores cafés que había tomado en mi vida. ¡Y por unos centavos! En ese momento, entró el Gerente de Recursos Humanos, me saludó, frío y cortés. Para mi sorpresa, presionó la misma combinación de teclas que yo había utilizado antes por error; la luz amarilla parpadeó y los ruidos se repitieron. Esperó su “SuperCafé” y luego se alejó. En ese instante, comprendí por qué algunos directivos parecían tan felices de trabajar en la compañía.

19 comentarios:

Diego Fonseca dijo...

Esperé que se pusiera ácido en algún momento (no el café). No lo deseaba porque su costado naïf me dejaba mejor sabor de boca. Lo leí haciendo fuerzas para que permaneciera de ese lado de la calle.
Abrazo.

Ivanov dijo...

Y esa maquina no te estará observando??

Camilo dijo...

Diego: Me alegra haberte sorprendido, aunque es verdad que a veces me pongo un poco ácido... Como lo notaste, me dejé llevar por ese costado naif (poco escuchado tal vez), con un toque de añoranza a aquellas viejas máquinar arcade, donde una discreta combinación de teclas permitía ese "truco" salvador. Uno puede soñar con la cabeza apoyada en la máquina de café de la oficina, no?

ivanov: El Hermano Grande todo lo ve. Winston Smith lo comprobó por las malas.

Saludos!

mm...si producciones. dijo...

¡Hola, Camilo! Buen relato. Me hace pensar en lo importante que es encontrarle la vuelta al lugar por donde uno pasa, para sacar lo mejor.
¡Adios!

Camilo dijo...

Hola, mi amigo "producciones", que bueno que te guste el relato. Y es verdad, a veces es necesario ponerle un extra de pilas para pasar el rato.
No hay otra manera de hacer las cosas que con buena onda.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

¿La felicidad se limita a un vaso de buen café?

Camilo dijo...

Algo que me gusta pensar es que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas...

Marcelo dijo...

Y si esas pequeñas cosas son inesperadas, te hacén más feliz aún!

Camilo dijo...

Cuanto más básicas e inesperadas, MEJOR!!!
Gracias por pasar, Marcelo.

Anónimo dijo...

Errores que nos llevan a grandes descubrimientos.
Saludos Camilo, hacia mucho que no pasaba a visitarte.

Camilo dijo...

Grandes descubrimientos provienen de simples errores. Es una innegable realidad.
Es verdad. Largo tiempo sin verte. No te olvides de mi!
Saludos y gracias por la visita.

Anónimo dijo...

Que buena aceptación tendrían éstas máquinas en los trabajos rutinarios y agobiantes... habría más caras felices?
Los gerentes de RRHH debería conocer y poner en práctica este relato.
Manuel

Vill Gates dijo...

Es que uno a veces espera que la magia este ahí, a la vuelta de la esquina o en una situación ortodoxamente ordinaria.
Quién sabe, tal vez mañana cada uno de nosotros de tope con una situación mágica.
Muy bueno Camilo.

Anónimo dijo...

Y usted tampoco se olvide de mi!

Saluditos :)

F@1$0 F!10$0FO dijo...

nada mejor q un buen cafe para empezar o continuar la mañana o la madrugada de trabajo o estudio; whisky y canela??? q mezcla tan rara

Anónimo dijo...

Hola, te deje en mi blog el premio “Brillante Weblog 2008″, que me llegó a mi, con la consigna de pasarlo a quien prefieras.
Saludos.

Marcela dijo...

Un secreto para estar feliz en la oficina.
Me encantó el relato. Saludos.

Anónimo dijo...

Nunca se sabe lo que peudes obtener con una buena combinacion. Ojalá siempre la suerte te acompañe

Anónimo dijo...

Camilo,
No estoy con mucho tiempo por estos días. Sólo paso para dejarte un saludo. Que tengas un gran 2009. (Es tan poco el tiempo y tan grande mi vagancia que estoy haciendo C&P con estas pocas líneas en cuanto blog amigo conozco).

Que lo pase bien, che.